Guiso de hinojo y bacalao
El guiso de hinojo y bacalao es un plato muy típico del sur de Alicante, en concreto de los municipios que comprenden la Vega Baja del Segura. Este es un plato que ya cocinaban nuestras abuelas, quienes recogían los hinojos que crecían en los márgenes de la huerta y en los caminos.
EL hinojo tiene unas hojas muy verdes y olor anisado pero si no se conoce es mejor comprar los bulbos del hinojo que puedes encontrar en cualquier frutería, ya que hoy es muy conocido y el hinojo está de moda. En la huerta todavía hoy se recoge y se prepara este rico plato.
El hinojo tiene numerosas propiedades por lo que incorporar este plato en tu menú te puede ayudar con muchas cosas como son: es bueno para la digestión y los gases, también es relajante del estómago, tiene propiedades antitusivas y antiinflamatorias. Además, tiene mucho hierro y ayuda a reducir el colesterol y como curiosidad se considera que favorece la secreción de leche en las mujeres lactantes y aumenta la potencia sexual.
Este plato cocinado con hinojos se realizaba siempre en la Cuaresma de Semana Santa, pues es un plato que no lleva nada de carne, por lo cual también lo pueden comer los vegetarianos aunque no los veganos. El plato es muy sencillo ya que solo lleva bacalao, hinojos, cebolla, tomates y patatas y se puede hacer con bacalao pero también con albóndigas de bacalao que veremos también en esta receta.
Este plato es muy económico y muy rico, para mí es un plato único. Me gustaba que conocierais la historia del guiso de hinojo antes de comenzar con la receta. Cuando lo tomo me lleva a mi infancia, a los guisos de los de antes, su aroma es un recuerdo muy agradable pues inunda toda la cocina con su agradable olor a hinojo.
Ahora sí… la receta:
Ingredientes
- patatas - 800 gramos
- cebolla - 1
- tomate rallado - 1
- bacalao desalado - 1/2 kilo (a remojo 24/48 horas antes)
- harina
- sal
- pimienta
- aceite de oliva virgen extra
- huevo - 1
- azafrán
- agua
- hinojo
Instrucciones
Preparación de la receta con hinojo y bacalao
Comenzamos poniendo agua en una cazuela y preparando el hinojo. Si el hinojo que hemos comprado o cogido de la huerta son las hojas, tienes que lavarlas muy bien, una a una, en abundante agua muy fría. Si por el contrario es un bulbo, hay que lavarlo y después separar las primeras capas para que no tenga arena ni nada que pueda estropear el guiso, como por ejemplo insectos o restos de suciedad.
Una vez que el agua que hemos puesto en la cazuela comienza a hervir introducimos el hinojo.
A la misma vez ponemos en una sartén a pochar una cebolla, cortada en trocitos muy pequeños, con un poco de aceite virgen extra. Es en este momento cuando empezamos a rallar el tomate, cuanto más rojo y maduro mejor, ya que tienen más sabor.
Echaremos el tomate en la sartén junto con la cebolla y sofreírlo un poco sin que se queme, si falta un poco de aceite se le puede añadir, pero siempre que sea el mismo aceite virgen extra. Cuando todo este bien sofrito se echa al agua que tenemos en cocción en la cazuela que estará ya hirviendo con el hinojo.
Mientras tanto manipularemos las patatas: las lavaremos y las cortaremos en cachuelos, esto se hace del siguiente modo: cogemos la patata pelada y lavada (yo pongo un cuenco con agua y las voy colocando para que la piel se reblandezca)y la cortamos sin llegar al final, le damos entonces un tirón y la partimos, esto lo hacemos para que la patata deje su almidón y el caldo del guiso de hinojo salga mas espeso. Incorporamos entonces las patatas al caldo que estará hirviendo con el hinojo, el tomate y la cebolla.
El bacalao salado que habremos puesto en remojo a trozos entre 24 y 48 horas antes, cambiando el agua de tres a cuatro veces al día dependiendo del grosor del bacalao, lo escurrimos muy bien y lo secamos con papel de cocina para que tenga la menor agua posible.
Si podemos, lo dejamos en un plato con papel de cocina para que vaya soltando el agua que contiene. Cuando lo hayamos hecho rebozaremos en harina el bacalao y lo sacudiremos un poco para quitar el exceso de harina del bacalao, lo sofreiremos en aceite y lo pondremos en un plato con papel de cocina para que el papel absorba el máximo posible el aceite virgen extra. Este bacalao se incorpora al guiso de hinojo que se esta cociendo y esperamos aproximadamente unos diez minutos hasta que se termine de cocer.
El huevo se cuece manera que quede duro y se añade al final al guiso. Y con esto tendremos esta receta con bacalao e hinojo lista para tomar.
Cómo preparar la receta con albóndigas de bacalao
Ingredientes para 4 personas:
- Pan duro del día anterior con mucha miga
- Perejil
- Piñones
- Ajo
- Pimienta
- Huevo
- Por supuesto, el bacalao desalado
A este guiso de hinojo también le va muy bien las albóndigas de bacalao. Son muy fáciles de hacer, toma nota:
El bacalao desalado se desmiga en trocitos pequeños, a mí me gusta los trocitos muy pequeños, pero esto también va al gusto de cada persona. Picamos unos ajos y estos si tienen que ser los trocitos muy muy pequeños, le quitamos el germen que tienen en el centro los dientes de ajo, para no tener esa sensación de ardor en la digestión después de la comida. También picaremos unos piñones también en trozos muy pequeñitos, perejil picado muy fino, un poco de pimienta y un poco de pan del día anterior, que este duro pero no como una piedra. Este pan se moja un poco con agua y se desmiga.
Lo mezclamos todo y lo amasamos junto con un huevo.
Se forman las albóndigas. El tamaño también es al gusto. Se sofríen para que queden doraditas, no hay que cocerlas, se ponen en un papel de cocina para que se absorba todo el aceite virgen extra y se echan al guiso de hinojo.
Así que tenéis dos maneras de de comer bacalao como mas os guste, en trozos de bacalao o en albóndigas.
Tened cuidado que no quede ninguna espina del bacalao, pues es muy desagradable comer albóndigas y encontrarse una espina.
Es importante probar el guiso de hinojo antes de ponerle la sal, ya que el bacalao tiene mucha sal aunque lo hayamos desalado, y es posible que no necesitemos poner sal.
Este plato lo acompañaremos con una copa de vino tinto de la tierra y muy buena compañía.
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